Encuentros en la última fase…
Lunes, 31 de Diciembre, 2007Del año.
No me pierdo el paseo de hoy lunes por la Plaza de España y alrededores. Se repetirá la escena de cada 31 de diciembre: encuentros, reencuentros, deseos de felicidad y de venturas… Y despedidas que son citas: ¡hasta el año que viene, que será esta noche después de las doce!
Cenaré en familia y después saldré a dar una vuelta; o sea, hasta las tantas. Voy a fijarme especialmente para refrendar una idea que conmigo comparten muchos: nuestros políticos son unos aburridos. De momento, en un acto lúdico típico de estas fechas, sólo he visto al conselleiro Ricardo Varela. Salía el 24 de los rellenos extraordinarios del Circulo.
Están encantados los establecimientos de hostelería ante las previsiones de buen tiempo. Lo importante es que no llueva, porque se facilita a la gente el cambiar de locales. Por cierto que la mayoría de ellos van a registrar llenos absolutos.
El Círculo se llevará la palma, como es habitual. En la parte de abajo se espera una concentración histórica de adolescentes.
Alguien me dice que este fin de semana se ha detectado la presencia en Lugo de muchos portugueses. Informo: vienen a pasar el fin de año aquí. Llevan muchos años haciéndolo.
Hoy no cocino, pero me encargo del pan. Para mí es casi la clave de cualquier buena comida. El refrán dice que “las penas con pan son menos”. Bueno pues cualquier comida con un buen pan es mejor. He encargado a Antas de Ulla media docena de barras, dos tortas y dos bollas grandes. Las voy a repartir entre gente que las aprecie.
Me anuncian la llegada de un saco de patatas de Coristanco. Dicen que son las mejores del mundo. Voy a comprobarlo, porque también unas buenas patatas cambian, para mejorarla, cualquier comida.
Recuerdo que hace unos años estuvo en Lugo el entonces alcalde de Madrid Álvarez del Manzano y le recomendé uno de nuestros muchos buenos restaurantes para que cenase con su esposa y unos amigos. Aquella noche nos volvimos a encontrar y naturalmente me interesé por el resultado de mi recomendación. Venían encantados: “todo muy bien, todo muy bien, pero las patatas…¡que buenas estaban!”
Hablo con mi hermano de como se pasan algunos niños, sí, niños, con la bebida y me cuenta que no solo en el botellón:”hace poco, en las Cuestas del Parque, a las seis de la tarde, unas adolescentes estaban absolutamente ebrias; tiraban las botellas rodando y detrás de las botellas, también rodando, ellas.